When I go down, you give me life
Caigo... caigo... sigo cayendo. Sin aliento, sin fuerzas, sin vida, percibo la sangre en mis manos y tu imagen inunda mi retina. En la radio suena Evanescense y, como siempre, la voz de Amy Lee me recuerda a la tuya, materializándote instantáneamente a mi lado, con dos majestuosas alas negras que escapan de tu espalda.
A punto de tocar el suelo, como una visión que se desvanece poco a poco, tus brazos rodean mi cuerpo y detienen la abismal caída.
Mientras tus labios juguetean con mi cuello, tu lengua llena mis venas de lithium e intentas reanimar la esencia de mi vida.
Pero la triste verdad es que sin tu alma cerca de mí, me siento nuevamente encerrado en ese lugar húmedo y oscuro, donde ya estuve encerrado algunas veces y si no hubiera sido por la intervención de tu abrazo, de tu beso y de tu frase, seguiría sumido en lo más profundo del abismo.
Por eso necesito tu presencia a mi lado, tomando no solo mi mano, sino mi cuerpo, mi alma y mi vida.
Cada segundo que pasa te amo cada vez más. Gracias por hacerme sentir en tan solo 6 meses, la infinita felicidad que nadie logró en años.
Ni las benévolas ni los demonios, ni los espectros, ni las dagas de la locura, van a poder separar nuestra unión.
T E A M O.
Faye and Spike U.P.S.
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